Cuando hablamos de morosidad estamos haciendo referencia a aquellas personas bien sea en condición física o jurídica, que no cumplen con las obligaciones legales de pago o deuda pendiente. Conozca mucho más acerca de este tema tan controversial en el mundo de la administración pública y privada. ¿Vamos?
¿Qué es?
Desde el momento en que alguna factura o deuda se hace presente, y cualquier persona se niegue racionalmente a pagar el importe o la Deuda que adquirió de forma “responsable” y consciente, además tiene pretensiones de incumplir con el pago de la deuda, a esto se le llama morosidad, y en términos concretos, personas morosas.
De esta forma, esta condición de morosidad es adquirida cuando las obligaciones de pago no quieren ser aceptadas, y la persona se opone al pago o deuda que le es solicitada, ya sea a una entidad bancaria por concepto de préstamo, a una administradora o servicio de condominio, a un Prestamista o incluso a una persona natural, con la cual adquirió una deuda.
Para llegar a considerar a una persona bajo la condición de moroso, es completamente necesario que exista no solo una deuda, sino que esta sea legalmente facturada, es decir, el cobro debe hacerse presente y real, a través de un cheque, una facturación por concepto de cobranza, o cualquier documento válido de forma legal que compruebe que existe una deuda pendiente.
En dicho documento debe reflejarse todas las condiciones estipuladas, como la fecha de emisión y de recibo del importe acordadas entre cada una de las partes en cuestión, es decir, el prestatario, y el deudor. De esta manera si existen los documentos de facturación, oficialmente nos encontramos frente a una persona morosa, de lo contrario no.
¿Cómo se calcula la morosidad?
Se tiene en cuenta, que la morosidad es calculada a través de una tasa, en la cual se debe reflejar de forma precisa, los resultados de los registros y el control que la empresa, compañía, organización, entidad bancaria, casa de cambio, entre otras instituciones o empresas contengan como registro financiero, donde se observe quien paga y quien no, de esta forma se llega a conocer quien se encuentra en condición de morosidad.
Dicha tasa, se logra calcular mediante una operación matemática, es decir, dividiendo la cuantía de las deudas, reflejadas en préstamos, créditos, o simplemente facturas por consumo de algún servicio, tomando en consideración, que la fecha de pago haya caducado o vencido. Por lo cual, es necesario tener en cuenta que una cosa es fallar en un pago, y otra, condición de mora, (morosidad).
Por lo tanto, la morosidad es traducida como demora, se hace evidente al momento de que un individuo incumpla el acuerdo planteado, y no asuma la responsabilidad y la obligación de pagar el monto que debe a su deudor. Por otro lado, existen casos en el que los clientes de alguna institución no paguen en las fechas acordadas, pero finalmente cumplen con el pago exigido, en esta situación no hay intereses de demora.
La morosidad denota el nivel de demora en los pagos, por lo cual, este término es muy utilizado en el campo de administración y sistemas financieros que se dedican al cobro de algún interés que involucre de forma legal el cumplimiento de importes efectuados.
De esta manera, se debe tener en cuenta que los balances generales de una empresa, o administradora, deben estar claros en términos de registros, ya que solo a través de esto se logrará determinar quienes se encuentran bajo esta condición y así de esta forma el pago no pase desapercibido.
En la actualidad, la forma de registro se encuentra automatizada, los ordenadores ayudan a descartar quienes han incumplido con algún reporte de pago así como las fechas de vencimiento. Gracias a esta modalidad las entidades que realizan prestamos se encuentran conscientes de efectuar una transacción y a quien. Descartando automáticamente a quienes no cumplen con el cometido de pago.
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