Para acceder a un crédito
bancario e iniciar tu propio proyecto lo primero que te exigen es un plan de negocio. Este es un documento
que especifica en detalle en qué consiste y cuál es el objetivo del negocio que
se pretende iniciar o que ya se ha iniciado, incluyendo todo el proceso
correspondiente para hacer realidad tal objetivo (por ejemplo el estudio
comercial, técnico, financiero y de organización, distribución, comercialización,
promoción, etc.).
Solicitar
ayuda de un experto y/o planificar por cuenta propia
Se recurre entonces a planificadores
de negocios como herramienta para crear este documento. Existen en el
mercado herramientas descargables para negocios puntuales, con las cuales
puedes armar tu propio plan de negocios
incorporando los datos necesarios. Por otra parte hay expertos conocedores de
la materia que ofrecen sus servicios como planificadores
de negocios, y realizan el plan que necesitas de acuerdo a las exigencias
del ente financiero al que vas a recurrir. Es un poco más sencilla esta última
opción ya que tu plan de negocios estará a cargo de un experto, aunque no debes
dejar de estar involucrado en el proceso de creación del plan de negocios.
La otra forma de conseguir un plan
de negocio es que lo hagas por tu propia cuenta, es decir, que te
conviertas en tu propio planificador. Contar con este tipo de documento es
esencial, aún cuando en la actualidad muchos emprendedores inicien sus
actividades sin él. Lo importante de la planeación es que te garantiza menos
riesgos. Un buen plan de negocios refleja
la misión y visión de la empresa, detalla su mercado, su oferta y acciones de
mercadotecnia a implementar, entre otros datos de importancia. Pero su valor
real reside en la posibilidad que te ofrece de conseguir financiamiento a través de un banco o inversionista.
¿Qué
incluye un plan de negocios?
Desarrollar un plan de negocios exige abarcar tres ejes principales como
son: el modelo de negocio donde se
describe la empresa (qué hace, qué ofrece, qué produce para generar ingresos y
con qué frecuencia, sus tiempos de venta y cobranza, clientes ganados o
perdidos, etc). Luego hay que definir el mercado
objetivo, demostrando que el público objetivo puede ir en aumento,
cubriendo necesidades locales, luego regionales, nacionales y hasta internacionales.
Por último se incluyen los
diferenciadores, donde dices qué te hace diferente de otros negocios y cómo
vas a enfrentar a la competencia.
Una vez establecida esta información básica, el resto es mucho más
fácil de manejar, y en suma es lo que analizará
la entidad bancaria para determinar si mereces o no el crédito o préstamo
que tanto necesitas para emprender.
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